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A lo largo de toda nuestra vida nos enfrentamos a una cantidad infinita de situaciones complicadas que muchas veces no sabemos cómo abordar. No todas implican elevados niveles de estrés o sufrimiento que representen dificultades psicológicas importantes, pero algunas sí. A veces nos autoconvencemos de que ya pasará, que por sí solo se irá; y cuando nos volvemos a parar a pensar sobre ello nos damos cuenta de cómo no sólo no lo hemos superado sino que la situación se ha agravado. Ahora estamos peor. Más tristes, más angustiados, más irritables... Pero igualmente toca continuar, el mundo no se detendrá por lo que a nosotros nos ocurra. Es por ello que ese continuar es el primer paso de la metodología de CALM Psicología. Pero continuar desde el crecer, desde la consciencia de lo que nos ocurre con el objetivo de ponerle remedio, de ponernos manos a la obra; no desde la negación de "ya pasará", "no es tan grave", "el malestar desaparecerá".

Cualquier malestar es signo y síntoma de que algo ocurre. Por mucho que lo ignoremos, que pretendamos ocultarlo, evadirlo, evitarlo, no desaparecerá. Es ahí cuando hay que tomar una decisión. "Voy a continuar con mi vida" y nada, absolutamente nada, ocurre por reconocer que para continuar necesitamos ayuda. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, al contrario, es un signo de madurez, de responsabilidad y de compromiso con nuestro propio bienestar. 

Desde CALM Psicología te invitamos a continuar con tu vida, a hacerlo acompañado de un profesional que hará que esta aumente su calidad de forma considerable y te invitamos a un proceso de crecimiento personal positivo donde no sólo podrás continuar con tu día a día sintiéndote bien sino que además te redescubrirás y podrás potenciar la mejor versión de ti mismo. Es continuar porque iniciar un proceso terapéutico no supone detenerse, caerse, ni restar; supone sumar, continuar y crecer.